Take That, bitch.
Así que... Estaba pensando el otro día. Si, no se rían. Pienso, eventualmente.
Así que estaba pensando... Y descubrí que todos los integrantes de mi generación está destinado al desastre y al desengaño amoroso permanente. No, basta, no me miren así. Es la posta.
Todo empezó (como usualmente todo empieza en estos tiempos) con un grupo de Facebook. Su nombre, tan real como triste, fue como un baldazo de agua fría. 'Disney Gave Me Unrealistic Expectations About Love'.
Crudo. Cierto. E increiblemente revelador.
La mayoría de las mujeres de mi generación, creció mirando las películas de Disney. Soñando en ser princesa y como, a pesar de todo, nuestros problemas iban a ser solucionados apenas ese hombre, tan perfecto, tan ideal como ninguno, nos venga a solucionar todo. Lo esperamos con ansias, por que de pequeñas nos enseñaron que ESO era exactamente lo que nos iba a pasar. Y punto.
Fijense en la Bella Durmiente. Es un ejemplo típico.
La mina cumplía quince (o diesciseis, no estoy muy segura). Y seamos honestos, tenía que cumplir una sola condición. UNA SOLA. No tocar un huso, por que caería una maldición sobre ella y el pueblo.
Era sencillo, Aurora: No te acerques a la fucking máquina de hilar. Sos una princesa, la puta que te parió. ¿Quién carajo te manda a hilar en tu cumpleaños?
Pero no. No. La señorita no podía (¡Rubia tenía que ser!). La señorita era incapaz de mantener sus manos lejos de una aguja. Y claro, como la pelotudita no hace caso, todo el fucking pueblo cae en un sueño eterno.
Pero wow. Alto ahí. La historia no termina.
Mientras Aurora invernaba cien años, Mister Rightguy Heroicpants atraviesa el horrible y dramático bosque impenetrable que había rodeando el pueblo, en su magnifico corcel blanco, para meterse dentro del castillo de prepo (¡¿Eres tu Edward Cullen?! You, stalker!) y besar a la princesa en sus sueños.
Así que despierta todo el mundo y se ponen a bailar. Y al día siguiente, se casan.
.......
Sí, se casan. Ni se conocen. Él podría haberla violado mientras dormía. Pero tienen una magnifica boda y unen reinos, para luego ser felices por siempre.
Conclusión: Disney me enseña que si yo soy una boluda (o me tomo un par de somníferos), un príncipe (Siempre me cayeron bien los británicos, así que esperemos que sea Harry Windsor) aparece mágicamente en mi Dpto, montando a caballo.
Mi portero va a estar feliz, cuando vea la bosta en el hall.
Volviendo al tema, esto explica exactamente por que mi vida amorosa es un fiasco. Por que inconscientemente, estoy educada para pensar de que va a llegar un chongo rico, lindo, inteligente, de la realeza y... ¿stalker? a mi vida, con solo desearlo. Y se va a querer casar conmigo, como a las... veinticuatro horas de conocerme. Lo cual es triste. Y patético.
¿Y saben cual es el problema? Que las mujeres estamos educadas para eso. Para creer que el amor de hecho existe, y que llegará, inevitablemente. Eso es lo que nos enseñan de chicas. Y el problema, es que mientras nosotras jugabamos a la mamá, a la esposa y a la ama de casa, los nenes jugaban con autos y miraban los Power Rangers.
Ok, tal vez yo también veía los power rangers.
Pero ese no es el punto.
El punto es que los hombres crecen para ser corredores de autos, superheroes y hombres de poder. No amantes. No dulces príncipes recorriendo los bosques impenetrables. Ellos son realistas con respecto al amor, por que no tienen expectativas imposibles de él. Ellos saben que posiblemente pueden enamorarse. Y saben que, también, puede no pasar. Que puede que el amor sea una gran y horrenda mentira que las nenas les cuentan para darle miedo.
No miraron las peliculas de princesas de Disney.
Y si lo hicieron, aún peor. Inconscientemente piensan que todas las mujeres son unas facilongas que le van a decir que sí a todo. Que las mujeres son estas minitas que van a dejar su vida de lado por ellos. Que no tienen elección, más que amarlos, por que sí.
Disney es machista. Y cruel.
Y nosotras unas boludas, por que creemos que todavía el amor épico sólo vendrá a tocar nuestras puertas. Que todo se solucionará cuando nos casemos y tengamos muchos retoños ruidosos y molestos. Disney me enseñó que, básicamente, tengo que ser una rubia tarada.
Gracias al cielo ahora me gusta el cine independiente.
Ugh, me siento ultrajada. Siento asco de mi misma y cómo mi niñez se cae a pedazos. Voy a vomitar y vuelvo.
